Quién Soy:

Mi nombre es Jesús. Fui uno de aquellos niños que crecieron en los años 80. En 1984, cuando tenía solo 6 años, mi padre me regaló mi primer ordenador, un Spectrum Sinclair 48k, junto a un libro de BASIC para niños. A pesar de ello, desde la niñez tenía claro que quería ser médico o enfermero, como mis padres.

Por aquel entonces, fui el niño raro. La tecnología en el hogar no era algo común y mucho menos los ordenadores. Aquel aparato, que funcionaba enchufado a la televisión y cargaba programas desde cintas de casete, era una rareza. Mis amigos y amigas venían a casa para jugar juntos o para experimentar con el libro de BASIC, donde había pequeños juegos y programas sencillos.

Con el tiempo, algunos de mis amigos comenzaron a llamarme «Iesus», y ese recuerdo me llevó, hace años, a crear un canal de YouTube. Desde pequeño siempre me ha acompañado un fuerte sentido de empatía y ayuda hacia los demás. Con el tiempo, supongo que esa vocación me desvió un poco del camino de la medicina, inclinándome más por la informática y mi creciente interés en el mundo digital.

Finalmente, me convertí en Técnico en Sistemas Microinformáticos y, sin dejar de estudiar, en Técnico Superior en Sistemas Microinformáticos. Más tarde, decidí formarme como docente, especializándome en competencias digitales, sumando así todos mis conocimientos previos con un objetivo claro: preparar no solo mi futuro, sino también el de aquellos que aún no se han adaptado a la era digital en la que ya vivimos.

Mi propósito es ayudar, enseñar y arrojar luz en el día a día de nuestros mayores y también de aquellas personas que, aunque no sean tan mayores, han quedado rezagadas en el proceso de digitalización. Personas de mi edad (46 años en el momento en que escribo esto) o incluso más jóvenes, aún no han logrado adaptarse completamente a las tecnologías digitales: móviles, tablets, internet, servicios digitales, aplicaciones, trámites electrónicos, sedes electrónicas, banca online y tantas otras cosas.

Si bien la informática debería estar diseñada para facilitarnos la vida, lo cierto es que en un mundo cada vez más falto de empatía, me di cuenta hace años, gracias a mi experiencia, de que muchas personas —jóvenes y mayores— no logran adaptarse a los constantes cambios tecnológicos, porque estos no están siendo ni accesibles ni fáciles de manejar para todos.

Mi vocación y mi trayectoria

Empecé a darme cuenta de esta problemática en mi propio entorno: mis padres, mi tía y otras personas mayores de mi familia, que antes eran totalmente independientes en sus gestiones y asuntos cotidianos, comenzaron a sentirse inseguros con el avance tecnológico. Esto me llevó, por suerte o por accidente, a convertirme en docente en cursos municipales, ayudando no solo a mi familia —para quienes desde niño solucionaba problemas informáticos— sino también a muchas otras personas en mi vida laboral.

A pesar de que la informática ha sido mi pasión desde la infancia, siempre tuve la espina clavada de no haberme dedicado a la sanidad. Por mi trato con personas mayores, decidí formarme también como Técnico Sociosanitario en Instituciones y Vigilante de Seguridad Privada, sin abandonar nunca mi vocación por la informática. Todas estas experiencias no solo me han aportado conocimientos, sino que me han permitido desarrollar una mayor empatía y comprensión hacia las personas, ampliando mi visión del mundo y alejándome de cualquier tipo de discriminación, que tristemente sigue presente en nuestra sociedad.

Mi misión: acercar la tecnología a las personas

Con el tiempo, al no encontrar realmente nada que encajara con mi vocación de ayudar a las personas en la brecha digital de una manera real, más allá de simples palabras bonitas y campañas de marketing, decidí hacerme autónomo y ponerme al servicio de la gente. Mi objetivo es evitar tecnicismos innecesarios y anglicismos y bajar al nivel de la calle para enseñar tecnología de una manera comprensible, con el respeto y la seriedad que se merece, pero también con un toque de humor que la haga más cercana.

Siempre digo que quienes asisten a mis clases no son solo mis alumnos, sino compañeros de viaje, a quienes con cariño llamo «navegantes».

Mis aficiones y valores

No será difícil adivinar que adoro la informática, internet y aprender cosas nuevas. Me gusta estar al día en mi profesión, en tecnología y en el mundo que me rodea, tanto dentro como fuera de mi país. Para mí, estar informado y seguir aprendiendo es una necesidad.

Me identifico mucho con la frase:

«Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida.»

Así es como me siento cuando ayudo a alguien con una asistencia, resuelvo dudas o imparto clases y charlas. Si bien es mi forma de ganarme la vida y mantener a mi familia, disfruto cada día de mi trabajo ayudando a facilitar la vida de otras personas, enseñándoles a manejar la tecnología, gestionar trámites, utilizar móviles, tablets, internet, ordenadores y mucho más.

Vivimos en un mundo donde hasta los televisores y los coches son ordenadores, y mi misión es asegurarme de que nadie se quede atrás en este camino digital.