Mi camino profesional:

Desde que tengo memoria, la tecnología ha estado presente en mi vida, aunque nunca imaginé que acabaría dedicándome a esto. Mi primer contacto con un ordenador fue con tan solo 6 años, cuando mi padre me regaló un Spectrum Sinclair 48K junto a un libro de BASIC para niños. Aquella caja de teclas de goma y cables me abrió las puertas a un mundo nuevo, aunque en aquel entonces yo tenía en mente ser médico o enfermero, siguiendo los pasos de mis padres.

Pero la vida da muchas vueltas, y con el tiempo me di cuenta de que mi camino era otro. La informática me atrapó y no solo como una afición, sino como una herramienta poderosa que podía facilitar la vida de las personas.

De la informática a la enseñanza

Mi trayectoria empezó como Técnico en Sistemas Microinformáticos, y sin dejar de aprender, seguí formándome hasta convertirme en Técnico Superior. Montaje, reparación, mantenimiento de equipos… todo lo relacionado con ordenadores y tecnología me fascinaba. Pero no fue hasta que empecé a ayudar a familiares, amigos y conocidos con sus problemas tecnológicos cuando descubrí lo mucho que disfrutaba enseñando.

La informática, que para mí era algo natural, resultaba un mundo complicado para muchos. Cada vez que alguien me decía «es que yo no valgo para esto», yo veía el desafío de demostrarle que sí podía aprender, solo necesitaba la manera adecuada. Así fue como poco a poco me fui metiendo en el mundo de la enseñanza.

Empecé dando clases en cursos municipales, luego en asociaciones y centros de formación. Durante más de una década, he trabajado enseñando a personas adultas y mayores, ayudándolas a desenvolverse con la tecnología y a superar el miedo que muchas veces les impide avanzar. Desde entonces, la formación ha sido mi vocación y mi propósito.

Rompiendo la brecha digital

Con los años, me di cuenta de algo que me marcó: la tecnología no estaba pensada para todos. Mientras las empresas y administraciones iban digitalizando trámites y servicios, muchas personas quedaban rezagadas. Mayores, adultos, incluso gente de mi edad… muchos se sentían perdidos entre aplicaciones, banca online, certificados digitales y trámites electrónicos.

Ese fue el momento en el que decidí dar un paso más allá. Quería ayudar de una forma real, no desde cursos teóricos llenos de tecnicismos ni desde el marketing vacío que muchas veces rodea el mundo digital. Decidí hacerme autónomo y ofrecer formación adaptada a la gente real, explicando la tecnología de forma clara, cercana y sin rodeos.

Mi objetivo es sencillo: hacer que la informática y la tecnología sean accesibles para todos, sin importar la edad o los conocimientos previos.

Mi experiencia y formación

A lo largo de los años, me he especializado en competencias digitales y formación, acumulando experiencia en:
Docencia en Competencias Digitales en centros de formación acreditados.
Cursos y talleres en asociaciones y ayuntamientos para personas mayores y adultos.
Asesoramiento y ayuda personalizada en informática, trámites online y seguridad digital.
Formación en ofimática, internet, redes sociales y dispositivos móviles.

Además, me he seguido formando en docencia, informática, seguridad digital y muchas otras áreas que me han permitido mejorar mis conocimientos y, sobre todo, la forma en la que enseño.

Mi filosofía de enseñanza

Siempre digo que no existen alumnos que no puedan aprender, solo explicaciones que no se entienden. Por eso, mi enfoque no es solo enseñar a hacer clic en un botón, sino ayudar a que cada persona entienda lo que está haciendo y gane confianza en sí misma.

Porque aprender a usar la tecnología no es cuestión de edad, sino de actitud. Y si has llegado hasta aquí, ya has dado el primer paso.